A las partes que no son estadounidenses siempre les resulta desafiante dar con un enfoque novedoso para ejercer presión sobre sus adversarios en una disputa que involucra empresas en participación con plenas funciones [joint ventures]. Si la joint venture en cuestión es una entidad constituida en Delaware, una de las opciones es solicitar la disolución de la propia joint venture. El inicio de un procedimiento de disolución en el Tribunal del Sistema de Equity (Court of Chancery) de Delaware puede ser el punto de partida de una estrategia judicial agresiva y eficaz que le ahorraría millones de dólares y años de costos de oportunidad a una de las partes.
A medida que la economía global se deteriora a una velocidad sin precedentes, los flujos de ingresos se agotan y el dólar estadounidense se aprecia dramáticamente frente a otras monedas, las empresas enfrentan decisiones críticas para garantizar su supervivencia. Las deudas y otras obligaciones contractuales se acumulan mientras los trabajadores son enviados a casa para ponerse en cuarentena y las perspectivas comerciales se evaporan. COVID-19 tendrá brutales consecuencias económicas en el futuro cercano. Preservar liquidez se ha vuelto crítico para muchas empresas. El tiempo se convierte en una mercancía preciosa para salir de la tormenta.
Si ganar tiempo es crítico para las operaciones de una empresa, prepararse para invocar fuerza mayor tanto con prestamistas como con otras contrapartes, puede aumentar significativamente la probabilidad de una resolución comercial o dar un resultado positivo en caso de litigio.