Los recientes escándalos en Costa Rica, particularmente las operaciones Diamante y Cochinilla, han causado que el tema de la corrupción se eleve como el más importante en el público de la región. Junto con los renovados esfuerzos del Departamento de Justicia de los EE. UU. (DOJ) con fin de combatir la corrupción en América Latina, las personas y empresas Latinoamericanas ahora se encuentran ubicadas en el centro global de riesgo para la lucha contra la corrupción y la aplicación de cumplimiento regulatorio. Evelyn Sheehan, una exfiscal federal de los EE. UU. y quien supervisó investigaciones internacionales de corrupción y soborno, examinó los últimos acontecimientos cuando hablo con la distinguida periodista costarricense Amelia Rueda para una entrevista de radio.
A las partes que no son estadounidenses siempre les resulta desafiante dar con un enfoque novedoso para ejercer presión sobre sus adversarios en una disputa que involucra empresas en participación con plenas funciones [joint ventures]. Si la joint venture en cuestión es una entidad constituida en Delaware, una de las opciones es solicitar la disolución de la propia joint venture. El inicio de un procedimiento de disolución en el Tribunal del Sistema de Equity (Court of Chancery) de Delaware puede ser el punto de partida de una estrategia judicial agresiva y eficaz que le ahorraría millones de dólares y años de costos de oportunidad a una de las partes.
A medida que la economía global se deteriora a una velocidad sin precedentes, los flujos de ingresos se agotan y el dólar estadounidense se aprecia dramáticamente frente a otras monedas, las empresas enfrentan decisiones críticas para garantizar su supervivencia. Las deudas y otras obligaciones contractuales se acumulan mientras los trabajadores son enviados a casa para ponerse en cuarentena y las perspectivas comerciales se evaporan. COVID-19 tendrá brutales consecuencias económicas en el futuro cercano. Preservar liquidez se ha vuelto crítico para muchas empresas. El tiempo se convierte en una mercancía preciosa para salir de la tormenta.
Si ganar tiempo es crítico para las operaciones de una empresa, prepararse para invocar fuerza mayor tanto con prestamistas como con otras contrapartes, puede aumentar significativamente la probabilidad de una resolución comercial o dar un resultado positivo en caso de litigio.